Es una de esas sorpresas que te da la vida
LalaChus no es un personaje creado para las redes sociales, es Laura Yustres, natural y espontánea que saltó a la esfera de los influencers por aburrimiento. En los días encerrados de la pandemia, con pocas cosas que hacer, Laura empezó a compartir sus vídeos y se hicieron virales. La naturalidad y simpatía sin filtros de las cosas normales que contaba le abrieron las puertas de la comedia y un no parar de trabajo. Laura, hija de padre corraleño, se convirtió en LalaChus gracias a las redes, un espacio donde se siente cómoda, pero consciente de que no son un juego y de las líneas que no debe cruzar.
¿Se puede decir que has tenido un ascenso rápido?
Siempre he trasteado un poco, igual que todos, con las redes sociales, sin ir más allá. Con la pandemia, estaba aburrida en casa y empecé a publicar vídeos que se fueron haciendo virales, luego aparecí en un podcast de Estirando el chicle, que tenía bastante éxito, y a partir de ahí comenzaron a llamarme para hacer cosas, como campañas de publicidad. Cada vez tenía más compromisos y esta nueva actividad no podía compatibilizarla con el trabajo que tenía. Así que dejé ese trabajo y me embarqué en esta aventura, que de momento no se está dando mal.
¿Habías pensado alguna vez meterte en este tipo de actividad?
Esto es una de esas sorpresas que te da la vida. Lo que hay que hacer es aprovecharla, y hasta donde llegue. Si tengo que volver donde estaba, no pasa nada. En la vida me había planteado esto ni de lejos.
¿De donde te vino la popularidad?
Llevo mucho tiempo en redes sociales. Antes hacía un podcast con amigos y siempre hemos estado ahí atentos. No sé cómo se hicieron virales mis vídeos, puede ser que durante la pandemia estábamos todos con los móviles, y hacíamos pan o hacíamos vídeos. Yo creo que hice gracia por la naturalidad que tenían aquellos vídeos.
Debes andar por el medio millón de seguidores.
Pues por ahí creo que andará. Quien lo controla muy bien es mi padre. Me lleva un control casi diario.
¿Dedicas menos tiempo ahora a las redes?
Pues como estoy en la radio, en La Resistencia, en gira con un show de comedia... me queda menos tiempo para las redes, pero las echo de menos, no creas. Son todo etapas. Ahora mismo estoy más en el momento cómica.
Te han dado el premio IDOLO 2024 a la mejor influencer de comedia. ¿Qué ha significado este premio?
Después de tres años nominada no ha sido ninguna sorpresa. Quería que me lo dieran ya para no estar con el nerviosismo de esta vez sí, no... No creas, la gente que estaba nominada es muy divertida en redes. Por supuesto, estoy muy agradecida, porque en definitiva es un reconocimiento a todos los trabajos que he realizado en redes sociales. Haber estado varias veces seguidas nominadas es reconocer que me he mantenido estable, y que al final me lo hayan dado, pues muy contenta.
¿La ausencia de filtro, tu simpatía y naturalidad son la clave de tu popularidad?
Creo que un poco sí. Tengo poco filtro y aparezco en los vídeos de cualquier manera. Mucha gente me dice: “Tú no lo sabes, pero tú y yo somos colegas”. En las redes se ha abandonado un poco el postureo y las fotos, ahora hay una dinámica más natural y del día a día. Pienso que eso al final cala. La gente se siente más representada si aparezco, por ejemplo, en mi casa en pijama viendo una fotonovela que estar en un barco en Ibiza. Luego saco mucha puntilla. Los manchegos somos así, muy puntillosos, sacamos de donde no hay. Ya sabes, mi madre de Lillo, mi padre de Corral, a veces hay muchas exageraciones y eso es la que hace gracia.
Con toda esa puntilla de la que hablas, sin embargo, no dejas de hacer un humor blanco. Tiras mucho de tu entorno, tus anécdotas, tu familia, tus recuerdos... ¿Tienes claro donde termina Laura y empieza LalaChus?
LalaChus no es un personaje que he creado para las redes. Mi hermana me llamaba Lala y como siempre he sido así no tenido nada que inventar. Sé donde tengo los límites. Muchas veces en casa cuando mis padres hacen o dicen algo gracioso los grabo de extranjis. Intento que todas las cosas que cuente o hagan gracia pueda interiorizarlas yo. No me gusta hacer comedia como de política o las cosas que pasan en general. Me cuesta porque como no son cosas que me hayan pasado a mí, no las paso por mi filtro, no me hacen tanta gracia. Lo malo de contar mi vida es que una vez que la he contado ya no puedo contarla más veces.
En algún sitio has dicho que las redes sociales dejan una huella grande y algunas personas lo van a pasar mal.
A la gente que empieza muy joven y alcanza millones de seguidores se le sube a la cabeza de una forma que no van a saber hacer otra cosa. Yo he trabajado en muchos sitios y con un jefe. Las redes lo que te proporcionan es que no tienes un jefe, que todo es libre, y al final te pegas un hostión como un demonio. No puedo con las madres que sacan a los niños pequeños. Esos niños no eligen estar en redes, y es una huella digital que no van a poder controlar nunca. Yo sé lo que subo y siempre pido permiso. La gente se está volviendo un poco loca con lo de ser viral. No tienen ningún tipo de filtro.
¿Son útiles las redes sociales?
Están bien por que nos abren mentes, enseñan otras personas, otras culturas que no tenemos al alcance, pero hay gente que se vuelve turuleta.
¿Qué es ser influencer?
Hay muchas formas de influenciar. Antes estaba el famoso que anunciaba cosas; ahora yo enseño un coletero, por ejemplo, y recibo un montón de preguntas y podría incitar a que lo compren; pero hay quienes influyen sobre la mente. Eso es peligroso. Si a mí me llega un oferta para anunciar un producto, yo lo analizo para ver de qué se trata, pero hay quienes solo ven dinero. Luego hay muchos opinólogos, y la mayoría opinan de lo que oyen, creen que por decir las cosas con ímpetu y gesticulación exagerada de manos están diciendo la verdad. Hay demasiada gente opinando de todo. Es muy fácil ser influencer. Y hay una generación que ya viene con el móvil debajo del brazo. Ya se está regularizando todo más. También, a veces los influencers están algo estigmatizados, como si eso no fuera un “trabajo”.
“Estaría bien que se apagaran los móviles solos y no se pudieran encender hasta pasadas unas horas”
Las redes ¿nos ofrecen ocio o nos quitan tiempo libre?
Nos quitan tiempo libre. Cuando veo en el móvil el informe de tiempo de uso, no me lo creo. Parte de mi trabajo es estar con el móvil, pero cuando te das cuenta se te ha ido un montón de tiempo que no has dedicado a otras cosas. Estaría bien que se apagaran los móviles solos y no se pudieran encender hasta pasadas unas horas. Nos está cambiando la mentalidad, si me pongo a ver una serie o una película, se me hace eterna, porque estoy acostumbrada a controlar la rapidez y variedad en las redes. Parece que ahora todo tiene que ser inmediato.
¿Hacía dónde te diriges ahora?
Sigo con el show que tengo con mi amigo Bertus girando por España, que está funcionando muy bien. Estamos supercontentos. El trato directo con el público es muy bonito. Estamos viendo también la posibilidad de ir más por nuestra zona de la Mancha. Luego sigo con La Resistencia, en Europa FM con Cuerpos especiales. No paro.
¿Ves competencia en la Inteligencia Artificial?
No creas. Te puede dar ideas, pero al final quién acaba el trabajo es una persona. La verdad es que no estoy muy metida en ella, pero cuidado, te cogen la voz, por ejemplo como a mí, sin permiso y aunque son colegas no me hace mucha gracia. No me gusta, pero es lo que hay.
¿El incremento de seguidores te exige mayor responsabilidad?
Claro. Si no sería una locura. Hay que tener cuidado con lo que se dice. He hecho vídeos que al verlos los he borrado.
¿Si se van tus seguidores?
Pues me pongo a echar currículos. Una cosa viene y otra se va. Me fastidiaría porque los motivo no suelen ser buenos. Mi faceta de cómica y de influencer se retroalimentan. Yo voy mucho por los mercadillos y suelo comprar encurtidos. La gente me dice “qué risa con los pepinillos, las gildas”, me mandan fotos comiéndose una banderilla... Puedo sacar comedia de que he ido al mercadillo, decir lo que me han contado, y al final todo queda como que tengo una banderilla en la mano. Siempre te queda el apoyo de los tuyos, el ánimo de los amigos, como todos los amigos de Corral, a los que mando un saludo gigante, porque por mis venas corre sangre corraleña y estoy superorgullosa de mis raíces.