Rufino Rojo presenta su investigación más reciente sobre la historia de Corral
Nunca antes ni después fue tan grande Corral como durante el siglo XVI, una época convulsa y de grandes riquezas que se gastaron en financiar las guerras para el mantenimiento del ‘Imperio Español’. Un tiempo en el que las grandes familias corraleñas apostaron por la educación de sus hijos cuando el país demandaba, sobre todo, hombres de armas.
En un acto sencillo en el patio de doña Leoncia, rodeado de amigos y paisanos, Rufino Rojo presentó su libro “Grandezas y bajezas de la aristocracia corraleña del siglo XVI”, un trabajo que recoge las más recientes investigaciones que el autor ha realizado sobre la historia de Corral de Almaguer.
La publicación de este libro viene a reparar el gran olvido que, por unas u otras causas, ha tenido el periodo de mayor grandeza en Corral. A pesar de las enormes riquezas de las familias nobles de la época, y su peso específico en los negocios de la nación, la aristocracia corraleña nunca tuvo su crónica social. Dos son las causas principales que Rufino Rojo apunta para explicar este silencio: el injusto papel otorgado a la mujer en la época y el racismo. Familias como los Ramírez Arellano sufrieron esta suerte por ser materna su ascendencia corraleña, mientras que otras familias prefirieron perder su significancia social, pese a su enorme fortuna, antes que revelar su pasado judío.
La grandeza de Corral del siglo XVI, apuntó Rojo, ya tenía los elementos disonantes que aún hoy perduran: envidia y apariencia. Al vecino se le miraba de reojo y se seguían sus movimientos, “no vaya a ser que éste saque algún beneficio”, mientras que el fuerte arraigo de ser alguien o al menos aparentarlo, se asentaba con fuerza en la localidad.
Las investigaciones realizadas por Rufino Rojo para la realización de este libro le han descubierto que Corral de Almaguer es mucho más antiguo de lo que creíamos, pero es en el siglo XVI cuando comienza la historia real del pueblo y cuando alcanza una grandeza notable. Si la formación académica y el estudio colocaron a Corral en una posición de importancia, no sería malo continuar esa senda, pese a la difícil situación actual en que los títulos académicos no son aval de garantía, porque, como finalizó Rojo su presentación, “la cultura es la única arma de los pobres”.