Cedido amablemente por sus propietarios, Marta Morlán y Luis Ylla, el sábado 23 de septiembre se celebró en el patio de la Casa de los Collados el recital de Miguel Hernández aplazado por enfermedad de su principal protagonista, el profesor de literatura Alejandro Pérez Martínez. Su introducción, plagada de poesía de la época, con alusiones a Lorca, a Luis Rosales y a nuestro Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, tuvo el rigor de una clase magistral, la sencillez de alguien que sabe transmitirlo y la emoción del triste recuerdo de la vida del poeta alicantino.
Como toque también poético propio de quien vive con pasión su profesión, Alejandro presentó el acto vestido a la manera del cantante y también poeta Leonard Cohen.
Se celebró en el mejor lugar posible para un acto cálido y breve, pero al mismo tiempo intenso. La parte específica del recital comenzó con el poema Ser onda, oficio, niña, es de tu pelo, recitado por Ana M. Ramírez y el propio Alejandro, que contaron con la actuación de una bailarina. Continuó con La sangre es un camino, recitado por Lucía Martín y Jesús Martín, hija y padre. Inmediatamente después algunos poemas cortos pero muy significativos en la carrera del poeta, como El rayo que no cesa, a cargo de Félix Muñoz, y Antes del odio, por Gregorio Luengo y, para terminar, Tristes guerras, recitado por otro habitual de nuestros escenarios corraleños, Francisco Santiago, Kiko.
El acto concluyó con muchos abrazos e intercambio de regalos, además de un reiterado agradecimiento a los dueños de la casa de los Collados por hacer posible el acto.