El Arte, más allá de la mirada
No basta con observar una obra artística y constatar su excelente realización técnica, el Arte va más lejos. Es necesaria una conjunción sensorial y cognitiva que, partiendo de la mirada, conduzca hasta la percepción global de todos sus componentes. Esther Carmona y Regina Cobo, pertenecientes al mundo de las Bellas Artes e inmersas en diferentes actividades pedagógicas, nos sugieren planteamientos similares en la exposición y conferencia que con el título “Cómo mirar el arte actual” ofrecerán en el Patio de doña Leoncia el próximo día 7 de julio, dentro de los Veranos Culturales de la Asociación. En esta conferencia pretenden dar las claves que expliquen cómo se produce el cambio de mirada en el Arte a partir de los 60 y cómo debemos enfrentarnos, hoy, a las obras de Arte contemporáneo que inundan los espacios expositivos que nos rodean.
¿Cómo se mira una obra de arte?
Una obra de arte no se mira. Se miraba en el Renacimiento. Ahora se piensa, se siente, se escucha. Una obra de arte contemporáneo se aprecia cuando, desterrados los prejuicios, el espectador se informa e intenta ir más allá de su mera apariencia, penetrar en el pensamiento y en la emoción que la han concebido. Este tipo de obras no se pueden ver sin conocimiento previo, no están pensadas para gratificar la mirada.
Se dice con frecuencia que en arte todo vale, “es lo que el artista ha querido expresar”. Y bajo ese paraguas se mete “cualquier cosa”. ¿Qué debe que tener una obra, de cualquier disciplina, para catalogarla como arte?
Una obra de arte no debe tener nada en concreto, definir arte hoy en día es algo muy difícil. Ya no existen unos valores claros definidos por la estética académica que definan qué es arte y qué no lo es. Te podría decir que para que algo sea considerado una obra de arte, basta con sacarlo de contexto y exponerlo en un museo o una galería. Ese acto tan simple sacraliza cualquier objeto. Con esto nos remitimos a Marcel Duchamp, uno de los artistas más influyentes de todo el siglo XX. Sobre esto habría mucho que decir.
...para que algo sea considerado una obra de arte, basta con sacarlo de contexto y exponerlo en un museo o una galería. Ese acto tan simple sacraliza cualquier objeto.
A pesar de que los movimientos artísticos del siglo XX lo pusieron todo patas arriba, vosotras apuntáis que se siguen mirando las obras de arte con ojos del Renacimiento. ¿Cómo se explica esto en una sociedad tan visual como la actual?
La destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial, que hizo necesaria la reconstrucción de Europa bajo los auspicios de EEUU, la caída del Muro de Berlín y la consiguiente desintegración del bloque soviético promovieron el desarrollo sin control de la economía neoliberal y del libre mercado. Las primeras vanguardias perdieron sus contenidos transgresores y utópicos y se aliaron con el mercado para prosperar. La gente tenía suficiente con sobrevivir.
El arte, a partir de los 60, ha evolucionado a mayor velocidad que en los siglos anteriores.
Vivimos en una sociedad rápida que incita a consumir y a no pensar. Esto da lugar a una sociedad en la que la reflexión es escasa y en la que, la mayor parte de nosotros no tenemos tiempo para profundizar en temas como el Arte. Además el Arte Contemporáneo se explica poco y se habla de él y se exhibe a menudo de manera muy oscura. Por eso la mayor parte de la gente sigue buscando, como en el Renacimiento, el virtuosismo técnico y las habilidades de la mano en las obras de arte. El Arte Contemporáneo se explica muy poco.
Cuando se viaja a cualquier ciudad con cierto bagaje histórico, las fotos que al final vienen en la cámara son de edificios antiguos, con sus cornisas y ornamentos. ¿Por qué el arte ha ido hacia el minimalismo, por presupuesto o por falta de ideas?
Yo también hago fotos de los edificios de Calatrava o de Le Corbusier. También hago fotos del horizonte, especialmente en el mar. ¿Hay una imagen más minimalista que el horizonte en una playa?
El arte ha ido pasando por distintas etapas y el minimalismo es una de ellas, todas responden a las necesidades de la sociedad en la que surgen. Fotografiar edificios antiguos implica que amamos y respetamos nuestra historia no que debamos vivir anclados en el pasado. Cuando hacemos fotografías a nivel amateur las hacemos de todo lo que nos llama la atención o es característico del sitio al que viajamos.
En las exposiciones de pintores que se programan, por lo general, se suelen formar colas para el acceso. ¿Esta afluencia masiva responde a un interés por el arte o porque es el producto que toca consumir?
Un poco de ambos. Las exposiciones de Arte se han convertido en un objeto más de consumo de masas. Se subvenciona y promueve que sea así por parte del Estado. Sin embargo pensamos que el Arte, el teatro, la danza despiertan por sí mismos el interés de la gente, son parte del lado amable de la vida.
¿El arte se siente o se comprende?
No existe tal dicotomía. Razón y emoción no están separados. Se siente, se percibe y se piensa de forma simultánea. Para que una obra de arte se perciba en toda su magnitud no se puede obviar ninguna de ellas.
El arte refleja la identidad social de cada época.
Sobre el siglo XVI, la pintura se convierte en la cámara fotográfica de la ascendiente burguesía. Toda persona con significancia quería tener un retrato y un paisaje en sus paredes, y nos han dejado los museos llenos con ese tipo de obras. ¿Os atrevéis a decir que habría que hacer un poco de limpieza?
No, no creo que se deba hacer una limpieza. El arte refleja la identidad social de cada época. Esas obras de arte son documentos de la sociedad en la que se crearon. Aunque en la mayoría de los casos ésta sea una imagen irreal, que muestra sólo la realidad que se quería enseñar, la sociedad ideal a la que se aspiraba y su sistema de autoridad.
Aunque después vino el hiperrealismo, la aparición de la fotografía liberó a las artes plásticas de la necesidad de calcar la naturaleza, haciendo emerger en el arte el mundo interior de las personas, a lo que se unió la aceleración del ritmo vital, que después de pasar por varias guerras desembocó en la concentración de talentos de los años 60. ¿Qué supuso esa década para el arte?
El mundo interior ya lo mostró Goya pero, sí, la década de los 60 es vital para comprender el arte actual. Es en ese momento donde los titubeos que se habían hecho tímidamente para romper con las normas establecidas se marcan de una forma más rotunda, es donde la libertad individual del artista empieza a tomar forma.
Las obras de Arte contemporáneo no se basan en la maestría técnica y el hecho de que los artistas sean multidisciplinares les abre más caminos de expresarse.
Las herramientas digitales han supuesto una verdadera revolución en el campo del arte, lo han democratizado y han facilitado el abaratamiento y el acceso generalizado a los medios de producción artística. ¿Puede esto llevarnos hacia una saturación y devaluación de la obra de arte? ¿Puede conducirnos hacia la reducción de la especialización y favorecer una creación multidisciplinar de relativa calidad?
Pensamos que esto tiene el efecto rebote. El hecho de la multiplicidad de imágenes, el que todo el mundo pueda tener por un módico precio una reproducción de una obra de arte en su casa, el que en cualquier momento podamos ver con un solo clic del ratón todo un museo sin movernos del sillón, ha llevado a la revalorización de estas obras. El hecho de poseer el original aporta una serie de valores que las reproducciones no poseen. Esto es lo que ha llevado a la sobrevaloración del arte.
Las obras de Arte contemporáneo no se basan en la maestría técnica y el hecho de que los artistas sean multidisciplinares les abre más caminos de expresarse y, por tanto, de hacer Arte.
¿Sustituirá la tableta a la paleta?
No. Una de las características del arte actual es que ambas pueden convivir, en el mundo del arte entra todo, es una herramienta más para que el artista se pueda expresar. Una de las características del arte contemporáneo es que dibujo, pintura, escultura, arquitectura… que habían estado anteriormente perfectamente delimitadas, se han mezclado dando lugar a nuevos modos, donde no hay exclusiones.
Esther Carmona es estudiante de 5º curso de Licenciatura de Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Ha a participado en diversos talleres de “Dibujo Artístico” en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, C. Marqués de Cubas (Madrid) y ha realizado seminarios como “Introducción al escaneado y modelado 3D”, impartido en la Facultad de BBAA de Madrid (2009).
Regina Cobos es estudiante de 2º curso de grado en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Técnico Superior en Artes Plásticas y Diseño, especialidad en Artes Aplicadas al Muro, Escuela de Arte “La Palma” (Madrid). Entre las técnicas artísticas y talleres impartidos se encuentran: Pintura mural, Mural cerámico, Vidrieras, Estucos, Modelado y Proyectos de decoración mural.