Cualquier sitio no es su sitio
Es obvio que las prisas no son buenas. Alguien que no encontraba el baño, no quería buscarlo o fue víctima de un apretón, decidió instalar su trono en el sitio que mejor le vino en gana. Suponemos que no terminaría la faena, por pudor a ser sorprendido en mitad de su arrojamiento o por no sentirse cómodo con tanta basura que jugaba al corro con el contenedor, en lugar de estar en su interior.